martes, 8 de julio de 2014

Brasil se equivocó al hacer un mundial sin tener una selección de fútbol.

El gran poderoso del fútbol mundial cedió su más importante trono frente a una Alemania, que aún lejos de su real nivel, le propinó la peor goleada de su historia. (Ver datos)


A pesar de ser un país que respira y vive fútbol, se sintió desde la elección de la sede por allá en 2007, la negligencia de una ciudadanía que exigía inversiones en sectores sociales más relevantes para el bien común del brasilero, pedían más recursos para mejorar la calidad de vida del nativo y se negaban a toda costa de permitir que el país invirtiera una gran cantidad de dinero en la realización de un torneo de tal magnitud.

Pese a esto la inversión se realizó poco a poco, las obras empezaron y las manifestaciones y rechazos siguieron hasta el sol de estos días....

La Copa del Mundo nos ha presentado hermosos escenarios deportivos, encuentros de alto nivel y muchos goles en el torneo (esta a seis de convertirse en el mundial con más anotaciones). Sin embargo había un rótulo que no fue analizado por ningún ente, que no fue concebido desde el punto de vista deportivo, Brasil organizó la copa del mundo en su casa sin tener una selección a la altura de su historia y si que le costó…

Haciendo caso omiso a su historia de grande atacantes y equipos colectivos, esta Selección carioca llegó a su mundial teniendo como principales estandartes a su zaga defensiva y a su poderío individual envuelto en una figura, que si bien en un gran jugador, aun no termina de madurar a tal punto de llamarlo estrella de la selección (Neymar Jr). La versión de este nuevo Brasil cambió los toques y las gambetas por choques y faltas, las paredes y juego colectivo por arrestos individuales  y sus contundentes victorias por dudosas reputaciones y sospechosas actuaciones de los árbitros del campo. Y cuando se va por el camino opuesto a lo corriente puedes sufrir hecatombes, y este equipo sí que lo hizo, no solo por perder de forma abultada con Alemania, sino por todo el peso de prejuicios que se ganó en el desarrollo de su Copa del mundo:

  •  Le costó que el mundo entero hoy la acuse de tramposa y amañosa, las victorias dudosas y con ayudas arbitrales ante rivales como Croacia, México (empate) y Colombia la colocaron en el ojo del huracán, una lastima que la historia del buen juego de Brasil fue reemplazado en las noticias por las dudas del como los cariocas ganaban a sus rivales y de cómo los jueces beneficiaron su andar en la copa del mundo.
  • Le costó su respeto frente a las selecciones sudamericanas, mi país Colombia, donde siempre se apoyaba y se admiró el fútbol de Brasil hoy celebró la victoria sobre los cariocas, hoy aquí no se habla del juego bonito, se habla de justicia divina y de venganza.
  • Le costó la peor vergüenza de su historia deportiva. En la final de 1950 perdió por 1-2 frente a Uruguay en el Maracaná, esto llevó a Brasil a perder un título pero la derrota de 1-7 contra Alemania la llevó a perder parte de la hegemonía del fútbol mundial que siempre ha admirado el buen juego de esa parte del mundo.


El fútbol necesita de Brasil, ellos han marcado la historia de este deporte casi que desde tiempos de antaño, es un grande que hoy sufre su desorden administrativo, ese mismo que se ve reflejado en el andamiaje de su política y nación. Más que una derrota deportiva, esta fue una derrota en el ego del brasilero, que acostumbrado a celebrar con la pelotita, hoy le tocó secarse las lágrimas con la camiseta verde amarella de su país, esa misma con la que han levantado cinco copas del mundo.

El grande regresará y en poco lo estaremos esperando con sus gambetas, enganches y con su jogo bonito. Los ricos también lloran...


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